martes, 14 de febrero de 2017

EL EQUIPO DEL NARIGON




Hace 4 años, un dia como hoy, nuestro amigo Leobar, nos traia este hermoso recuerdo de su primer Campeonato con el Pincha, hoy lo queremos revivir


"Corrían los últimos días del año 1981 y en el micro de regreso de una excursión del secundario se estaba gestando un encuentro nocturno en algún lugar de la ciudad. Mi convencida negativa a concurrir se debió a que estaba invitado a un acto (de asunción a la presidencia, creo) del Escribano Raúl Gerardo Correbo. Los Correbo son amigos de la familia y yo compartía los veranos con sus sobrinos Javier Orengo y Diego “El Chiqui” Orengo en Etcheverry. Sin darme cuenta, estaba compartiendo, gracias a la gran generosidad de Raúl (a quien hoy en día cada vez que lo encuentro me saluda con una calidez que me emociona) el comienzo de una etapa histórica e inolvidable para mí. 

Desde el 75 que había empezado a ir a la cancha, pero en forma esporádica. Me llevaba mi Tio Raúl, el encargado de sembrar la semilla Pincharrata en mi corazón, ya que veníamos de una familia de 7ris7eros y él se reveló (gracias a Dios!!) Casualmente, ese año comenzaba a ir a la cancha más asiduamente, con mis vecinos y amigos Fernando Morano, Claudio Morano (hoy dirigente del club) y Chicho Morano, su padre. 

El primer gran paso fue la vuelta de CARLOS SALVADOR BILARDO. Había jugadores del semillero que prometían, que habían debutado en primera y sus rendimientos luego decaído. Estaban en la lista de los que quedarían libres y Bilardo dijo ¨no,déjenlos¨. CAMINO, GURRIERI y PONCE estaban entre ellos. Se incorporó MARCELO TROBBIANI, LEMME y LANDUCCI que le daban experiencia a la batalla. Vidallé era el arquero. Tenía algunos conflictos con el club y CSB le dijo: “te espero hasta tal día. Ese día no estás, busco arquero” Vino DELMÉNICO. La perlita del equipo era PATRICIO HERNÁNDEZ, que el año anterior peleaba el descenso. Pero era un hecho su venta a Italia, que luego se concretó. Ante esto, BILARDO el 1/01/82 se fue a buscar a ALEJANDRO SABELLA a Inglaterra con unos pocos dólares en el bolsillo, y en una negociación “bidoneada” por Carlos Salvador, logró traer al MAGNO. Así y con algunos pocos recursos, se empezó a trabajar en el Laboratorio del Country Club de CityBell. La preparación física estaba a cargo de un tipo sensacional como el PROFE ECHEVARRÍA. No conozco un jugador que haya hablado mal del Yacaré. Un laburador silencioso y muy importante en el grupo. 

Recuerdo uno de los primeros partidos del 82 en 57 y 1 fue contra Huracán por la tarde, ganamos 2-0 y con esa alegría me quedé en los Jardines del Estadio, porque a la noche eran los carnavales de ESTUDIANTES, y ahí vi tocar por única vez a una de las bandas más importantes del Rock Nacional, que me marcó musicalmente: SERU GIRAN. ¿Cómo olvidarlo? Fue el 28 de febrero de 1982. Domingo completo para mí: se le había ganado al enemigo ideológico en forma contundente con BILARDO en el banco y veía por primera vez (y única) a Serú. 

Ese equipo tenía personalidad, tenía juego, tenía contundencia, tenía oficio, tenía un goleador como  GOTTARDI, tenía un medio de lujo como PONCE, RUSSO, SABELLA y TROBBIANI, tenía un capitán como el TATA BROWN que mandaba desde el fondo, y tenía algo que no debe faltar y es el espíritu de un grupo: el sentido de pertenencia. Todos sabían qué había que hacer, y sobre todo, cuando un compañero necesitaba una mano en distintos tramos del partido. Todos sabían lo que significaba representar a ESTUDIANTES y todos nos sentíamos identificados con ese equipo. 

Otra vez un grupo de amigos (de los cuales solo uno le gustaba el futbol) caprichosamente se reunía para un asado, el día que se jugaba con Vélez cuando el Tata hizo el gol de cabeza. ¨¡Ni en pedo!¨ les dije. ¨¡¡Voy después de la cancha!!¨ Se completaba ese partido y a los pocos días se jugaba el último del torneo. Independiente estaba a solo un punto por debajo nuestro y los dos jugaban en Córdoba. Como voy a olvidar ese momento versus el Vélez del Toto Lorenzo, jugado en 57 y 1 luego de la suspensión en el entretiempo por un “petardo” que supuestamente había explotado al lado del Beto Alonso en el vestuario. Se iba ese partido, los nervios nos comían. Se jugaban los últimos minutos y en un córner ejecutado desde “el pino”, JOSE LUIS BROWN se apoya en Landucci para saltar y mete el frentazo que, no tengo dudas, fue el gol que mas grité de ESTUDIANTES en una cancha. Dejé la garganta ahí. Porque sabíamos que ese gol era el pasaporte al campeonato Metropolitano que terminó un 14 de Febrero de 1983, apenas 3 días antes de mi cumpleaños n° 17. 

Hoy, a 30 años de MI PRIMER CAMPEONATO VIVIDO, desde mi humilde lugar, le doy las gracias a ese equipo que me dio tantas alegrías. A ese equipo que me marcó, que daba cátedra en cualquier cancha que jugara. A ese equipo que fue la base de la Selección que logró el Campeonato Mundial 1986. A ese equipo que fue la cuna de nuestro actual Cuerpo Técnico de la Selección Nacional… ¡GRACIAS... AL EQUIPO DEL NARIGON!"


sábado, 4 de febrero de 2017

Encuentros con la historia

Por El Gringo y Federico Melia


Cuando conoci a Fede Melia me di cuenta que ya eramos amigos. “Contrincantes” en un juicio, rápidamente nos entendimos. Me hizo acordar a Ale Jauregui, y como Ale me hace Acordar a Albertito Vega, y Albertito fue una especie de hermano mayor, hijo de Nelly y Toto Vega que me hicieron pincharrata, cuando supe que era un hincha moda enfermo, entendí 70d0.
Esta alma pintada de Rojo y Blanco anduvo por el Viejo Mundo y nos trae esto, relatado por el mismo…

ENCUENTROS CON LA HISTORIA,
Federico Melia

No creo que sea un sentimiento únicamente mío, de hecho entiendo que a la mayoría, en algún momento nos interesa conocer nuestro orígenes, antepasados, el lugar donde se originó la tribu, el clan, la familia que nos diera la vida; en mi caso, el pueblo se llama Bivongi, pueblo fundado en el 1005 D.C. enclavado en las montañas de la provincia de Calabria, región de Reggio-Calabria, Italia, a unos 15 km del Mar Ionio (Jonio) –de la antigua ciudad griega Kaulonia-.
Finalizada la Segunda Guerra Mundial (1945), desde una devastada Italia se produjo una gran oleada de inmigración a nuestro país. Quizás por cuestiones familiares o como lugar de referencia – muchos residentes de Bivongi ya habían trabajado en la Argentina a principios de siglo, más precisamente en el empedrado de la diagonal 74-   personas originarias de Bivongi, recalaron en  la ciudad de La Plata.
Ya en nuestra ciudad, los inmigrantes de Bivongi se radicaron en las cercanías del Parque Castelli (25 y 66), fundando el Centro Cultural Bivongesi.
Son curiosos los datos demográficos transcurridos ya mas de 70 años: Hoy el pueblo Bivongi cuenta con unos 1300 habitantes, mientras que en nuestra ciudad  entre segunda, tercera y cuarta generación hay mas de 20.000 descendientes radicados.
Retomando un poco el origen, me encontré con esta necesidad espiritual, con ese direccionamiento que el alma conduce de conocer a mis familiares que habían quedado en el legendario pueblo, así que partí –embaladísimo- en un agosto-septiembre de 2012 rumbo a Bivongi. Llevaba conmigo, como nunca faltó en ningún viaje desde que tengo conciencia, la camiseta roja y blanca.
Me encontré con primos, tíos, parientes con los que además de compartir largas  veladas de muchos y típicos platos calabreses, bebimos la sangre de cristo DOC de la región. Un néctar. La sana competencia en Bivongi, tanto entre parientes y vecinos, era y es la producción de vino. Que, por cierto, uno puede amar esa competencia y patear para cualquier equipo vitivinícola.. No así para el fútbol, la otra pasión del pueblo, que estaba y está reservada al ferviente Club U.S. Bivongi Pazzano.
Bueno, en ese marco de pasiones, en una de esas largas jornadas, terminé con un primo –el 3 del equipo local- y sus amigos, entre ellos Alessandro, DT, Capitan y Numero 5 del equipo de Bivongi, debatiendo sobre fútbol. A  Alessandro, enfermo hincha del Inter de Milán, seguidor de todas las competencias de fútbol mundial (yo creo que sabía quien jugaba de 4 en Atlético Tucumán), no le faltó indagar sobre el gran equipo de Estudiantes de La Plata del Campeonato Apertura 2006, precisamente por haber sido conducido técnicamente por Diego P. Simeone y, dentro de la cancha, por Juan S. Verón, ambos ídolos interistas y suyos.
Cuando di a conocer mi afiliación, mi ADN, los colores de mi vida, y comencé –entre varios copas de ese elixir de aroma frutado creado por dioses paganos – a relatar el episodio del 7 a 0, varios de los compañeros sentados alrededor de la tavola de ese Bar rieron e intentaron pensarse en una situación de tamaña diferencia con su archirrival.
Misión imposible, por lo que el fervor y el deseo de sentir esa diferencia fueron levantando las pulsaciones de los oyentes. Cuando llegó el gol de Piatti a los muchachos del Coloso del Parque Independencia en Rosario, alguno de los oyentes, muy tensionado por el relato, pateó la pata de la mesa y cayó todo al piso. La emoción había invadido el ambiente. No faltaron brindis, las copas estaban, sobre el orgásmico gol de Agustín y esa batalla final contra Boca que supimos vencer sin dudarlo.  
Ese encuentro derivó en la invitación, para el día siguiente, en ir a ver al equipo local, U.S. Bivongi Pazzano, que tuvo que laburar un 2 a 1 contra otro equipo del reducto regional del Mar Jonio.
Finalizando el viaje, y pronto a volverme, apareció en casa de primo –donde me alojaba- Alessandro, el multifunción del equipo local, para obsequiarme afectuosamente una camiseta del Inter. En retribución y por esta relación que había forjado esos días en el pueblo me comprometí a que en un futuro viaje acercaría remeras de Estudiantes de La Plata para los integrantes del plantel.
Apenas terminé la frase cuando Alessandro me refirió que producto de esos días compartidos había caído en la cuenta que Estudiantes de La Plata había estado ligado en el pasado del pueblo y su equipo. Pensé inmediatamente que no estaba interpretando bien el dialecto calabrés.  Ante mi repregunta me dijo que sí, que me enviaría información por email ya que tenía entendido que algunas décadas atrás el club local había jugado con la “divisa” del querido pincha. No podía salir de mi asombro, hasta me parecía que si esto era verdad había grandes pasiones de mi vida que estaban unidas desde antaño!
Así las cosas, al cabo de pocos días recibí la foto de un jugador de época de la década del 70 con la camiseta de Estudiantes pero en el fondo de la fotografía se advertían las montañas del pueblo. Ese jugador anónimo podía ser una especie Patricio Hernandez tano, o algún diestro destacado, fornido y con muchos rulos en su testa, pero la primera pista era que estaba en Bivongi. Mi interés, curiosidad, fue en aumento hasta dar con la verdadera historia… en ocasión que el Presidente de Estudiantes de La Plata, Zelindo Lentini, de origen italiano, nacido en Bivongi, se encontraba en Grecia para la venta de la flamante estrella de Estudiantes, Juan Ramón Verón al Panatinakhos de ese país, decidió en su retorno hacer escala en su pueblo de origen y dejó de regalo para el club local 11 camisetas de Estudiantes de La Plata. Esa temporada 72/73 o 71/72, el club local vistió los colores albirrojos con la misma camiseta que usaba la primera de Estudiantes de La Plata.
En conclusión, este septiembre de 2016, producto de la generosidad de algún dirigente de Estudiantes que  conmovido por esta historia y fruto de una gestión institucional, me hizo entrega de las camisetas, el equipo de mi pueblo luce nuevamente la casaca albirroja como orgulloso estandarte.
Primera fecha, como se ve en las fotografías, el equipo luciendo por primera vez la roja y blanca, ganó 1 a 0 ante otro equipo regional con gol a los 43  minutos del segundo tiempo… los colores y la mística, en la mismísima y Bella Italia!!!