lunes, 12 de septiembre de 2011

Una fiesta de PRIMERA

El pasado sábado se realizó el 3er Ateneo del Laboratorio Pincharrata y alrededor de 100 Doctores se dieron cita en una noche llena de Mística. Como siempre el menú estuvo a cargo de Discos y Calderos que nos deleitaron con 300 sánguches de matambre casero, 450 pinchos de lomo, 200 cazuelas y 150 budines de pan (arrasados por completo). Todo muy bien regado por cada uno de los Galenos que aportaron sus bebidas favoritas, las cuales fueron compartidas entre todos.

Estreno de videos por parte del Depto. Audiovisual, música de alto vuelo con Martín y Lautaro (¨Chinoooos, chiinoooos!!!¨) y dos invitados de honor que coronaron la noche: María Cecilia Mangano e Ivan Sadovsky. ¿Qué más pedir no? ¡Por muchos más!

PD: Especial agradecimiento a la Agrupación Agustín Alayes, integrada por personas de un valor humano impresionante ¡¡Gracias Doctores!!







Muy buenos días, dotores
se los diré sin rodeos
venciendo algunos temores
estuve en el Ateneo.
Mucha alegría y jolgorio,
mucha barra quilombera,
se lució el Laboratorio,
una fiesta de PRIMERA.

Cocinando tras los discos
todo pude vigilar
y hasta me pude tomar
una botella de pisco.
También un poco de ron,
vino, fernet y cerveza…
He chupao con decisión,
y me esssplota la cabeza.

Saludé con gran respeto
a la barra de atorrantes
a Citi y al Comandante,
a Gaste, el Contra y Leobar,
a Mystic y a Laionjar…
¡toda gente de Estudiantes.!!
Delca, el Gringo y el Turquito
todas ilustres presencias…
Sorprendieron con su ausencia
7oordo, Faga y el Pajarito.

Vi presencia femenina,
y entre ilustres señoritas
estaba la niña Martina,
amiga de la Brujita.
Mucho color Pincharrata,
mucha bandera y León,
y en el fondo del salón
estaba ella… ¡la la7a!!

Con videos que pasaban
en la pantalla gigante
la gente se emocionaba
con la historia de Estudiantes.
Hubo uno muy gracioso,
una historia muy reciente,
de un mellizo muy caliente
que a su equipo mandó al pozo.

El Turco con su campera
de colores fulgurantes
y un video de primera
obviamente… ¡de Estudiantes!!
Dispué vino Laionjar
a contar no sé qué historias
el viejo tiene memoria
y le gusta recordar.

Se emocionó este paisano
cuando Cecilia contaba
las cosas que preocupaban
a su abuelo, Mariano Mangano.
También con mucha emoción
nos cantó el gran Iván
canciones que nutrirán
el corazón albirrojo.

Y espiando de la cocina
cómo seguía el evento
vi que trajeron de China
dos músicos de talento.
¡Cómo le dan los flaquitos
a la viola y al teclao!
No exagero si repito
que he quedao deslumbrao.

Y dejo para el final
una pregunta capciosa,
que naides lo tome mal,
pero ansina viene la cosa:
Hay un ilustre invitao
que HB se hace llamar
¿Es que naides se va a avivar
que el tipo es un infiltrao..?

Dicho esto me retiro
a mis pobres aposentos,
Dotores me tomo un respiro,
será hasta cualquier momento…
Payador irreverente,
soy porfiao e innorante,
mas siempre estaré presente
pa´ cantarle a mi Estudiantes.

203 comentarios:

«El más antiguo   ‹Más antiguo   201 – 203 de 203
DoctorTurko dijo...

83-90, tiene razon el Dr. Contra

La guerra de los SIETE años

El Contra dijo...

Bilardo y la táctica – Argentina levanta la Copa del Mundo por segunda vez (1983/1990)

La AFA, bajo la administración de Julio Humberto Grondona, decidió que el técnico para el nuevo período, fuera Carlos Salvador Bilardo.

El ex jugador de Estudiantes de La Plata, contaba con interesantes antecedentes (sacó campeón al Pincharrata en 1982 y había llevado al Deportivo Cali a la final de la Copa Libertadores en 1978) y pregonaba un nuevo sistema táctico que luego haría furor: jugaba 3-5-2, con líbero y stopper en la defensa.

Para ello, Bilardo, un obsesivo del trabajo y de la planificación, trabajó sobremanera con todos los futbolistas para inculcarles su filosofía. En los primeros tiempos, obtuvo algunos resultados importantes (1-0 a Brasil y 3-1 a Alemania), aunque el modo de jugar del equipo, no convencía ni al público ni al periodismo.

Bilardo había tomado una decisión clave: le comunicó a Maradona, que le iba a dar la cinta de capitán, dato que no era para nada menor, dado que a Daniel Alberto Passarella, en la Argentina se lo conoce como “El Gran Capitán”. Esta situación llenó de orgullo y compromiso al entonces mejor jugador del planeta.

La clasificación agónica para México 1986, en cancha de River Plate frente a Perú, encendió aún más los cuestionamientos hacia Bilardo, que resistió gracias al sólido respaldo de Julio Grondona.

Con rumores y falta de crédito, el equipo nacional fue el primero en llegar a la capital azteca: “somos los primeros en llegar y seremos los últimos en irnos” sostuvo el técnico. Muchos se rieron y sólo esperaron una derrota que de acuerdo a su óptica, era previsible.

Argentina debutó frente a Corea del Sur, en un encuentro marcado por el juego brusco empleado por los asiáticos, en especial contra Maradona. La victoria 3-1 marcó el andar de nuestra Selección.

Empate 1-1 ante el campeón del mundo Italia, triunfos 2-0 con Bulgaria y 1-0 en el clásico rioplatense (Uruguay era el campeón de América) hasta el inolvidable triunfo sobre los ingleses. Fue 2-1, con el recordado tanto convertido “por la mano de Dios” y el mejor gol en la historia de los Mundiales, obras del genio sin par de Maradona.

Diego anotó otros 2 goles (el segundo fue otra pincelada de talento, repentización y resolución en espacios reducidos) en la semifinal con Bélgica y Argentina disputó, 8 años después, otra definición mundialista. Enfrente estuvo la dura Alemania de Rummenigge, Matthaus, Briegel y Völler.

Pese a contar con una ventaja de 2-0, los germanos empataron en 7 minutos y a 9 del final. Maradona sacó a relucir su entereza, valentía y lucidez, para colocar un pase extraordinario que Jorge Luis Burruchaga, tras una electrizante carrera, transformó en el gol de la gloria, un remate cruzado ante la salida de Schumacher, a los 84 minutos.

Argentina conquistó su segunda estrella, desplegando un fútbol práctico, ordenado y muy táctico, con el aporte de un Maradona extraterrestre, fuera de serie, único, inigualable.

Nunca en la historia de una Copa del Mundo, un jugador fue tan decisivo para la victoria final, como lo fue Diego en México 1986.

Todos se rindieron ante el brillante campeón. Las críticas desaparecieron y hasta el técnico recibió las disculpas: una bandera en pleno Estadio Azteca rezó “perdón Bilardo”.

La Selección llegó al país y festejó a lo grande en el balcón de la Casa Rosada, ante una Plaza de Mayo colmada como en las grandes gestas de la historia de nacional.

Llegó primera y se fue última, nomás.

Laboratorio Pincharrata dijo...

Estimados Docs, anunciamos nuevo posteo:

Gulliver (pequeña fábula pincharrata)

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