Asumir el presente

¿Derrota previsible? En el fútbol nunca se puede prever nada pero sí debemos aceptar que esta caída no puede sorprender a nadie. Porque se jugaba con muchos chicos en una cancha complicada y ante un rival que sabe muy bien a lo que juega (no por nada está a 3 puntos del puntero). Con el Chapu lesionado y con el Chavo en la Selección, se sabía que el equipo podía sufrir en su faz defensiva. De todas maneras, ni siquiera ellos (y Mercado) hubiesen asegurado nada. Se perdió bien y a llorar a la iglesia.

Lo que resulta indispensable es reflexionar y entender dónde estamos parados en esta transición y dónde lo estaremos cuando se retire el capitán y emblema de estos últimos 6 años. De la capacidad para asumir con humildad el nuevo contexto dependerá el éxito de la era post veroniana. Y cuando decimos éxito no estamos hablando de campeonatos, como tampoco de ser protagonistas. El éxito será consolidar un nuevo equipo, hacer girar nuevamente la rueda y que luego de un par de años podamos volver a pensar en grande.

El ejemplo debiera ser este último año y medio, que por creer per se  que se estaba para salir campeones hicimos 3 torneos de regular para abajo. Ojalá que el técnico que llegue venga con esa idea, base fundamental de nuestra historia. Hay que volver a hacernos fuertes, a cerrar el arco, a jugar con una identidad definida y a partir de allí construir a futuro. El pasado mediato debe ser aliado: Bilardo, Merlo y Burruchaga para que el distinto (el Cholo, con un VERON a pleno) te de el último golpe de horno.

Justamente, los Simeones o SABELLAS no se encuentran a la vuelta de la esquina. La historia demuestra que nos costó encontrar el reemplazo de ZUBELDIA y de BILARDO en su momento, tanto como a Boca el de Bianchi o al Inter el de Helenio Herrera. Son técnicos de excepción, tanto como los planteles que se logran con paciencia y trabajo. Pero empezando por entender el problema es que vamos a hallar la soluciones.