Día de la Mística Pincharrata

Por el Doctor Lionheart

Henry Barale, Carlos Pachamé y Marcos Conigliaro, 

protagonistas de aquella hazaña inolvidable

No está de más recordar que el 3 de agosto, queridos Doctores, es considerado por muchos como el Día de la Mística Pincharrata, ya que se cumplen 45 años del épico 4-3 a Platense, en la Bombonera, por una de las semifinales del Torneo Metropolitano 1967.  

“El día que empezó todo”, dicen algunos, pasando por alto todo lo que ESTUDIANTES DE LA PLATA había hecho en los 62 años anteriores (1905 a 1967), que fue mucho, muchísimo.

De todas maneras no puede negarse que en aquella memorable semifinal en la Bombonera nació algo muy importante que modificó para siempre el ADN PINCHARRATA y que fue, sí, el inicio de una etapa totalmente nueva.

Pero vamos a los hechos: Apenas 48 horas antes (el martes 1 de agosto) Estudiantes había ganado el clásico local por 3 a 0 (VERÓN, ECHECOPAR Y CONIGLIARO) ya que el partido que debía disputarse el domingo 30 de julio se suspendió por lluvia.

Fue aquella famosa vez  –ya comentada en este espacio–  en que los periodistas de Buenos Aires no podían creer cuando, ya confirmada la suspensión del partido, el PROFESOR KISTENMACHER dio la orden de entrenar y todo el plantel Pincharrata salió con ropa de fajina a TRABAJAR BAJO LA LLUVIA, en el bosque.  Algo totalmente inédito en el fútbol argentino.

Pachamé salvó sobre la línea el 1-4

Volviendo al partido, estábamos 1-3 abajo (al borde del 1-4) y con un jugador menos desde los 35 del primer tiempo, cuando después de una angustiosa salvada sobre la línea de PACHAMÉ, se inició una levantada descomunal, única, heroica, que en apenas 16 minutos demostró para siempre que 10 Leones con hambre pueden ser más  –mucho más–  que 11 Calamares agrandados.

Dos símbolos: Bilardo y Conigliaro, 

goleadores aquella noche

Con goles de CONIGLIARO, VERÓN, BILARDO Y MADERO ganamos 4-3 y ese día Estudiantes de La Plata escribió una de las páginas más gloriosas de su rica Historia, dejando boquiabiertos de incredulidad y asombro a todos los que pensaban que el equipo dirigido por Ángel Labruna  –que jugaba “lindo” y era el gran favorito para campeonar–  resultara noqueado de una manera tan contundente.

Aquel triunfo, hoy tan real como legendario, nos depositó en la final del Torneo Metropolitano y fue la antesala de nuestra primera estrella.  Vendrían luego otras diez, pero ésa es otra Historia…

Desde aquella tempestuosa noche en la Bombonera, que a 45 años hoy recordamos con emoción, la Mística y ESTUDIANTES DE LA PLATA marchan por la Vida hermanados para siempre.

Nota: Secuencia de fotos de El Gráfico, gentileza del Doctor MazyPincha.