Honestidad y TRA-BA-JO

Por el Doctor Gas7erix

Hace un tiempo el Laboratorio publicó en su Biblioteca el gran libro del DOCTOR MARELLI. Confieso que para mí es un libro de cabecera no sólo en relación al fútbol sino para la vida, como lo he dicho muchas veces. Y me gustaría compartir con los doctores un extracto de esta extraordinaria obra que pinta de cuerpo entero a la Escuela Pincharrata. Dice el 70RDO MARELLI:

¨El hombre para superarse debe respetarse y luego respetar las normas de su grupo de trabajo. Sin esta premisa, todo resulta imposible. Por esos días, publicamos en el diario “El Día” un articulo titulado “La suerte de ESTUDIANTES”. En él decíamos: 

“Cansados de oír hablar de la suerte de ESTUDIANTES, y convencidos de lo útil de su ejemplo para todos los órdenes de la vida, quiero dejar expresado mi pensamiento. En una oportunidad dijimos que el triunfo de Estudiantes lo era de “la honestidad y el trabajó’. Esa honestidad que les hace conocer sus propias fuerzas, sus limitaciones, el respeto a los rivales, sin temerlos, conscientes, responsables de cada uno de sus actos. Porque toda su fuerza se apoya en esa honestidad y se perfecciona con el trabajo diario. ¿O los que hablan de suerte desconocen que el equipo de ESTUDIANTES es el que más trabaja? 

Sus triunfos son el efecto lógico de tantos sacrificios. De los sembradores, sólo pueden aspirar a recoger buena cosecha, quienes más hayan sembrado. Sí señores, “el trabajo da vigor al músculo y ritmo al pensamiento, fuerza al pulso y gracia a las ideas, calor al corazón, temple el carácter. El hombre se perfecciona por el trabajo. El trabajo convierte al barro en hogar, la cantera en estatua, la palabra en libro, el rayo en luz y el deporte en triunfo. Crear el hábito del esfuerzo inteligente constituye la mejor disciplina del carácter”. 

Cuando se habla de la “sangre fría” del equipo albirrojo, para enfrentar situaciones difíciles, no se puede perder de vista que ello surge como producto de una tranquilidad de conciencia, que da la seguridad del deber cumplido. No existen inhibiciones negativas que conspiren contra su rendimiento. Por el contrario, ese grupo heterogéneo por su temperamento humano, se ha homogeneizado en aras de obtener algo, convencido que su triunfo, tiene más valor porque emana de la labor responsable, fecunda y creadora. 

Está lejos de mi intención hacer el panegírico del jugador de fútbol, a quien respeto como a cualquier integrante de la sociedad, sin jerarquizarlo más de lo que se merece, pero no se puede buscar la causa de su éxito más que en sí mismo. El fútbol profesional tiene muchos aspectos negativos. Pero no se encuentra en  inferioridad de condiciones con respecto a la mayoría de las instituciones con las que disputa estos torneos internacionales, aunque cualitativamente sea superior. 

La grandeza de algo es en ¨RELACIÓN A¨... ESTUDIANTES resultaría grande si jugara un torneo con instituciones más modestas, como equipos de barrio. Pero resulta pequeña cuando la confrontación se realiza con Manchester. Esto no va en desmedro de nadie, pero sirve para evaluar en toda su magnitud lo que ha hecho este grupo de jóvenes, que virtualmente de la nada, con esfuerzos y sacrificios, poniendo en lo que se tornó su ideal, todas sus fuerzas morales, lograron que el mundo del fútbol lo respetara como a uno de los mejores conjuntos. Pongo a mis amigos como ejemplo, porque conozco todo el proceso de su creación y desarrollo. Los especializados en la temática de este deporte, no han valorado en toda su magnitud el “fenómeno” de este modesto gran conjunto, aunque hayan dedicado a él, ampulosos adjetivos. 

Sólo la manifestación popular de adhesión, rendida cada vez que obtiene triunfos internacionales valederos, ubica con su desarrollada intuición ‘lo mucho realizado. El pueblo rindió su homenaje a quien no lo defraudó, a quien supo asumir una actitud viril ante el poderoso, demostrando el coraje civil de la juventud de nuestro país. Hablar del azar y de otras pequeñas minucias como factores de los triunfos logrados por ESTUDIANTES, es confundir el efecto con las causas. Porque aún la derrota numérica en un partido de fútbol, será un triunfo, si lo hecho por este conjunto de jóvenes, es tomado como ejemplo—. Y hoy, diez años después de esta publicación, sigo afirmando su vigencia, y considero a la misma como única alternativa para alcanzar la grandeza. Quien retome el camino iniciado por aquel equipo, y adquiera su actitud mental, al terminar el mismo se verá coronado por el éxito que nunca es un regalo, sino el producto de un trabajo consciente y responsable. 

Esta actitud mental del equipo de ESTUDIANTES DE LA PLATA, llevó a decir a la revista “El Gráfico” en su editorial del 21 de mayo de 1968: “Una corriente trajo ‘el antifútbol’ para calificar la destrucción de ESTUDIANTES, de este ESTUDIANTES que ha ganado los más grandes elogios que quizás hayan tributado jamás en la prensa extranjera a un equipo argentino. Marcar con todos sus hombres y en toda la cancha, no puede ser ‘antifútbol’. ESTUDIANTES marca, obstruye, impide la progresión ofensiva del rival porque su gente está MENTAL, FÍSICA Y ESPIRITUALMENTE preparada para ese esfuerzo, y porque sabe que no puede regalar ninguna clase de ventaja. La otra parte del fútbol, cuando la pelota pasa a poder del propio equipo, consiste en desmarcarse y atacar. Y el equipo que vio el Centenario en su noche consagratoria, nunca olvidó el objetivo que estaba en la red de enfrente. Sus atacantes arrancaron cincuenta, cien veces en piques sin pelotas que buscaban la desmarcación, la fabricación de claros, la creación de profundidad ofensiva. Que su juego sea más sólido que bonito, no basta para llamar ‘antifútbol’ a ese auténtico fútbol de producción masiva y resultados convincentes que hace ESTUDIANTES. No es ‘antifútbol’ tampoco desde el punto de vista humano, porque ese vigor que expone en el campo, no es fruto de la actitud simulada o en todo caso, calculada. El trasfondo del temperamento, de la personalidad, son los únicos valores del hombre que no se encuentran ni en las probetas de ese famoso laboratorio que le ‘adjudican’ al Campeón de América. Lo que ocurre es que ESTUDIANTES cuenta con hombres, que además de jugar, imponen en cada maniobra una manera de SENTIR, que al cabo se tradujo en una de las más destacadas facetas de su esencia ganadora. De hombres fuertes, que dejan todo lo que tienen en la cancha, por ser fieles a aquel trasfondo de dignidad que siempre es inmutable. Y esto tampoco puede ser ‘antifútbol’. Esa es toda la verdad. ESTUDIANTES pudo, porque su equipo enarboló la bandera de la dignidad deportiva, y cómo lo hizo: con las armas del trabajo creador que cuando se hace con amor, perfecciona la actividad del hombre. Mi homenaje a ese grupo de HOMBRES”.