Crisis

Estamos atravesando una crisis. Sin ánimo de exagerar el diagnóstico del momento del club nadie puede negar que con la riqueza del plantel que se tiene y los objetivos trazados, este es un momento crítico. Porque para arribar a esta conclusión es menester agregar el proceso Berizzo a este presente. Es decir, no se trata de un mal arranque o del exitismo de algunos (que existe) que no toleran los tiempos de los procesos. La salida de Sabella ha desembocado en una profunda crisis de identidad.

En aquel momento, creímos coherente la política de la CD de mantener la apuesta a entrenadores jóvenes. Asi como funcionó con éxito con Simeone y Sabella, y con cierto éxito con Sensini y Astrada (ambos pelearon una competencia), la llegada de Berizzo no arrojó los resultados deseados. Tras su partida, el consenso era que esta vez se necesitaba alguien probado de la casa y la llegada de Miguel Russo tuvo la aprobación (casi) unánime del hincha albirrojo. Quedara para más adelante revisar este concepto si queremos construir un proyecto a largo plazo con éxito.

Con formas un tanto diferentes de ver el fútbol, ni Berizzo en su veintena de partidos, ni Russo en este arranque han podido darle una identidad de juego al equipo. Estudiantes sigue sin saber a qué juega. 

Por la característica histórica de Miguel, se supone un DT con aprecio por la tenencia de la pelota, llegada por los costados y equilibrio en la faz defensiva. De estas 3 características, sólo se ha visto la tendencia de llegar por los costados (sobre todo el derecho) pero pocas veces pudo adueñarse de la pelota y menos aún ser sólido en defensa. El resultado, indefectiblemente, termina siendo un híbrido. Porque cuando no se logra el juego pretendido se erosiona el EQUIPO como tal. Y cuando no se juega en equipo la consecuencia inevitable es la merma en el rendimiento de las individualidades.

A la hora de analizar el ideal de Russo hay que tener en cuenta que para tener una buena circulación de pelota se necesita de una táctica apropiada, de los intérpretes correctos y de la confianza necesaria de éstos para desarrollar lo entrenado. En sólo 5 partidos la táctica varió muchas veces entre el 4-4-2 y el 3-4-1-2, algo que también sucedía con Berizzo y que desconcierta al jugador. Ese desconcierto se transforma en desconfianza, por lo que raramente veamos a Estudiantes jugar a un toque o meter algún pase entre líneas. Los jugadores están necesitando de dos y hasta tres tiempos para dominar la pelota y luego prácticamente que la trasladan hasta al lado de su compañero para asegurar el pase. Por último, no coincidimos en la elección de algunos intérpretes.

Si a esto le sumamos que nuestros Leones de América tienen esa verguenza deportiva que los hace perseverar en la búsqueda de protagonismo en los partidos (tanto de local como de visitante), tampoco es extraño terminar sufriendo en defensa y a la postre en el resultado. Como alguna vez dijo Mourinho: ¨es muy importante cuando un equipo no está a tope, cuando está lejos de su máximo potencial, defender bien y no cometer errores. Si somos conscientes de nuestras limitaciones seremos más fuertes¨.

Estamos ante una crisis. Tras un lujoso lustro de protagonismo se ha roto algo y es tiempo de pensar. Siempre una crisis nos obliga al análisis y la reflexión, y a pesar de no tener la certeza de cuán profunda puede ser, sabemos muy bien que sólo asumiéndola reencontraremos el camino que nos habíamos trazado.

¡Vamos Pincharrata!